El ajedrez en educación es mucho más que un juego, utilizado como herramienta transversal en las diferentes etapas educativas, ofrece infinitas posibilidades capaces de sacar lo mejor de los niños y, lo mejor de todo, ¡disfrutando del aprendizaje!
GSD ha sido pionero en implantar el ajedrez en el aula y, desde este año, todos los colegios integran en su programación este juego milenario desde nivel 3 de Infantil en el área de psicomotricidad.
Elena Martínez, jefa de estudios de Educación Infantil en GSD Las Rozas, explica que “el objetivo no es enseñar a jugar al ajedrez, aunque los alumnos terminan aprendiendo, sino el de aprovechar todos los beneficios que, a nivel intelectual y personal, tiene este deporte”.
Algunos de esos beneficios tienen que ver con el desarrollo de la memoria visual, el pensamiento lógico-matemático, el deductivo y el abstracto, sin olvidar las capacidades personales como la atención o las habilidades sociales.
En GSD El Escorial ya son varios años en los que el ajedrez es compañero de aula para los alumnos de Infantil. Leticia Antón, profesora de psicomotricidad en el primer ciclo, afirma que la palabra ajedrez “no sale de su boca” desde el principio, pues lo primero que se presenta a los alumnos es un tablero en sí mismo, para que aprendan a desplazarse por él.
En todos los colegios los alumnos experimentan con tableros gigantes y sobre ellos desarrollan ejercicios motores variados: desplazamientos con saltos, pasos, coordinación, equilibrio… “Trabajamos nociones espaciales como son dentro y fuera, a un lado o a otro, encima y debajo, delante y detrás, filas, columnas” …
Sergio Blas, también profesor de Educación Infantil en GSD El Escorial, asegura que el ajedrez genera autocontrol, “porque no puedes jugar sin pensar. Las jugadas deben tener sentido. En las clases planteamos situaciones para que piensen posibles soluciones”. Por ejemplo, en una clase de Educación Física podemos utilizar un gran tablero de ajedrez como si fuera el juego de los bolos. En este caso, los alumnos deben tirar la pelota con el movimiento de la pieza que les haya tocado. Si son torres, sólo pueden lanzar con esa trayectoria, hacia adelante o hacia un lado, así que deben escoger el lugar apropiado y observar a su alrededor. “En el trabajo aeroespacial los niños han mejorado muchísimo gracias a que tienen que fijarse más en el entorno que les rodea – comenta Sergio – aprendiendo a diseñar estrategias”.
Noemí García, subjefa de estudios del mismo centro, hace hincapié en la potenciación de las habilidades sociales con el uso del ajedrez como herramienta educativa: “Los niños trabajan el turno, la espera, la empatía, el control de la frustración, el saber perder y ganar, el respeto de las reglas del juego… algo que cuesta mucho a los alumnos tan pequeños”.
Esto último es algo que también han podido observar Antonio y Teresa durante sus clases de psicomotricidad en GSD Moratalaz; pero además destacan las capacidades a nivel lógico-matemático y lectoescritor que van desarrollando con el juego del ajedrez que, además, en los niveles más altos, lo están demandando ya fuera del horario escolar como clases extracurriculares.
El ajedrez ayuda a los niños a interiorizar que cada movimiento que haces supone una decisión y tiene consecuencias a corto y a largo plazo, introduciéndoles en una dinámica de pensar y actuar, siendo una habilidad básica para su vida. Actuar sin pensar en ajedrez suele conllevar que el jugador pierda la partida, por eso, cuando tomas una decisión debes seguir jugando con ella, para bien o para mal.
No se trata de convertir a los alumnos en “grandes maestros”, lo que buscamos es aprovechar las ventajas de ajedrez para desarrollar las capacidades de los alumnos, puede que a muchos de ellos les interese continuar jugando, fomentando también aspectos que en GSD buscamos potenciar, como el ocio sano y creativo.
El proyecto se inicia en Infantil, pero continúa a lo largo de la vida de los alumnos. En los colegios GSD El Escorial, GSD Guadarrama, GSD Alcalá y GSD Las Suertes, que ya se utiliza en Primaria como herramienta educativa desde las áreas de matemáticas y educación física.
Sobre todo, si aprender a través del ajedrez favorece la capacidad de concentración, de razonamiento, el respeto y la sociabilidad, mejora la memoria, genera empatía y además es divertido, podemos decir que en GSD conseguiremos crear una cantera de campeones en la vida, que puedan sacarlo mejor de sí mismos, crear estrategias y pensar de forma crítica y hagan en cada uno de sus días, los movimientos que los lleven a una jugada maestra y a un aprendizaje efectivo.