El proceso de introducción del ajedrez como herramienta educativa en las aulas de GSD ha venido desde sus orígenes de la mano de Leontxo García forma parte de Comité Asesor de la Fundación GSD, periodista, investigador, divulgador y uno de los más distinguidos expertos del mundo en el uso del ajedrez como herramienta educativa.
Ha manifestado en alguna entrevista que una de las herramientas educativas que podemos usar es el ajedrez como contrapeso- dicho por usted- a esos “cerebros invadidos por las redes, el fútbol…, cerebros que no piensan”, porque el ajedrez es un juego de pensar”… ¿podría definirme un poco más la relación perfecta entre la educación y el ajedrez y en concreto el papel de éste en la etapa de Infantil?
— Cada día en el mundo hay más gente que piensa menos, por una serie de motivos: mal uso de las redes sociales, telebasura, desigualdad creciente, vida muy apresurada…. Es un momento excelente –continúa– para promover un juego que enseña a pensar, que está de moda por fenómenos como la serie Gambito de Dama, que se puede practicar por internet y cuya enorme potencia como herramienta educativa está avalada por estudios científicos y largas experiencias internacionales en países de culturas muy distintas.
La conclusión de esos estudios y experiencias puede resumirse así: los alumnos con quienes se utiliza el ajedrez como herramienta educativa mejoran más su inteligencia que los demás en múltiples ramas, incluida la emocional, y elevan su rendimiento académico, sobre todo en matemáticas y comprensión lectora.
El grado de satisfacción de los profesionales que lo utilizan en Infantil es aún mayor que en Primaria y Secundaria, donde suele superar el 80%. Combinando el tablero gigante de suelo con música y danza se pueden trabajar muchos objetivos pedagógicos con los niños de 2 a 6 años: seriación, clasificación, lateralidad, psicomotricidad, atención, memoria, concentración, respeto a las normas y los compañeros, control del primer impulso, diagonal, horizontal y vertical…
Implantar el ajedrez en Infantil es más fácil que en Primaria y Secundaria y contribuye muchísimo a que el ajedrez deje de tener la etiqueta de masculinidad que, todavía hoy en el siglo XXI, tiene en gran parte del mundo porque, para esas niñas, el ajedrez pasa a ser algo cotidiano y normal. Además, si el 100% de los alumnos de Infantil están alfabetizados en ajedrez resulta muy sencillo seguir utilizándolo después en Primaria y Secundaria.
El ajedrez tiene que ver mucho con la Inteligencia Emocional
¿Es necesario que este aprendizaje tenga continuidad en etapas posteriores como Primaria y Secundaria?
— Más que necesario, es muy conveniente. El ajedrez está teniendo un tremendo éxito cuando se utiliza como herramienta transversal (mezclado con la inteligencia emocional) o interdisciplinar. Por ejemplo, en matemáticas, una gran parte de la geometría, aritmética y álgebra se puede explicar de manera muy amena para el alumnado y muy eficaz para los docentes a través del ajedrez, y ello no requiere que estos sepan mucho más que las normas básicas del juego. En Secundaria (o últimos cursos de Primaria) se puede trabajar la toma de decisiones razonada, la autocrítica, el pensamiento crítico y flexible, etc.
¿Cree que las instituciones están convencidas de esto?
— En España, cada vez más. El 11 de febrero de 2015 ocurrió algo rarísimo en el Congreso de los Diputados: todos los partidos, sin excepción alguna, se pusieron de acuerdo en algo: se decidió apoyar por unanimidad la utilización del ajedrez como herramienta educativa en el aula. Aunque esa decisión no es vinculante, al cabo de solo tres años, 10 de las 17 CCAA ya lo habían introducido de una u otra forma en horario lectivo. De ellas, cinco lo hacen, en mi opinión, con extraordinaria calidad y son modelos de buenas prácticas para el resto del mundo: Cataluña, Aragón, Andalucía, Canarias y Baleares. Las otras cinco son Madrid, Galicia, Cantabria, Navarra y Murcia. Y me consta.