«Es muy hermoso enseñar al que no sabe»
El pasado miércoles 27 de abril de 2022, la JDM Puente de Vallecas colocó en el número 26 de la Plaza de Puerto Rubio, conocida como Plaza Vieja, una placa homenaje a D. Julio López Herrero y Dña. Flora Moya Rubio, fundadores del Colegio Centro Cultural Gredos, del que proviene Gredos San Diego Cooperativa.
El Ayuntamiento de Madrid reconoce con este acto, que fue acordado por unanimidad en el Pleno de diciembre de 2020 de la Junta Municipal, la labor educativa, social y cultural que realizaron en el barrio de Vallecas. La placa formará parte del Plan de Memoria de Madrid que muestra, entre otros, las personas e instituciones relevantes de la Villa.
En palabras de D. José Luis Miranda, presidente de GSD Cooperativa: “En Gredos San Diego somos herederos de estos pioneros que supieron que tenían que mejorar la sociedad a través de la educación. Don Julio y Dña. Flora aportan a GSD humanidad, valores.”
Los fundadores, comenzando en 1939 desde su propia vivienda, crearon un centro moderno, liberal y laico; el primer colegio mixto del distrito, donde se formaron durante décadas miles de vallecanos, independientemente de sus recursos económicos y que sin duda supuso un motor de desarrollo para el barrio y para todos los que pisaron sus aulas.
D. Julio fue un ilustrado, hombre dotado de una capacidad de trabajo inusual. En su condición de maestro que siempre ostentó con gran orgullo, fue capaz de impartir cualquier disciplina con el más alto nivel, con tal rigor y amenidad, que despertaba en el alumno las ganas de aprender. Enseñó a varias generaciones el arte de una docencia en la que los estudiantes son el centro en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En la experiencia de Carlos de la Higuera, socio fundador y presidente emérito de GSD: “Veníamos aquí con la única formación teórica de la universidad y aquí había un maestro. En una época gris, de enfrentamiento, de vencedores y vencidos, supieron unir a todos con el objetivo común de la educación. Aquí lo que predominaba era el color blanco de los guardapolvos y las batas de los laboratorios.”
Dña. Flora, motor del colegio, situada en el bajo de la escalera, cuidaba de que en pasillos y escaleras se respirase el orden y el silencio necesario para que, en el interior, las clases transcurriesen sin perturbación alguna.
La amplitud de horarios permitió que a principios de los años 70 hubiera en el colegio más de cuatro mil alumnos. No solo los hijos de humildes obreros de Vallecas se formaron en sus aulas, trabajadores de diferentes empresas o policías pudieron progresar gracias al esfuerzo de estudiar tras largas jornadas de trabajo.
Hoy en día sus valores permanecen vivos en la Cooperativa Gredos San Diego, constituida por trabajadores del centro situado en la Avenida de San Diego, sucesora de esta tarea.