Crédito de imagen de portada: Diario de Madrid (Ayto. de Madrid).
¿Cómo es esta tradición legendaria que traslada a determinados animales de un lado a otro de España para garantizar su alimentación y cuidado? La Escuela de Ocio y Tiempo Libre de GSD ofrece vivir en primera persona esta experiencia tan curiosa como pedagógica, acompañando a los pastores desde Guadarrama hasta los Picos de Europa junto al prestigioso naturalista Jesús Garzón, 1.800 ovejas y 200 cabras. Una aventura que enseña a valorar más el medio ambiente y muestra la realidad de la España vacía. Un viaje que han disfrutado Elena Escudero y Pablo García, pioneros de esta actividad de GSD.
El verano en la Escuela de Ocio y Tiempo Libre de GSD puede ser muy intenso y enriquecedor. Hay quien evoca con cierto humor a las estrellas del rock y dice que esta nutrida agenda de actividades en como “una gira”. El motivo: la variedad de planes lúdicos y formativos de los monitores, que van desde hacer el Camino de Santiago hasta trabajar en campamentos bilingües durante los meses de junio, julio o agosto. Y ahora se suma otra propuesta: la trashumancia.
El diccionario define la trashumancia como la costumbre de llevar el ganado “desde las dehesas de invierno a las de verano, y viceversa”. Se trata de un tipo de pastoreo en continuo movimiento, en busca de las zonas más productivas para alimentar a los animales. Sin duda, una experiencia única para jóvenes amantes de la naturaleza que sirve para promover el ecoturismo y el ocio saludable. Una iniciativa necesaria para, sumidos en la era del calentamiento global, cuidar más y mejor el medio ambiente y también para, en línea con la actualidad, concienciar sobre la situación de la llamada España vacía o despoblada.
Un viaje didáctico y necesario
El balance ha sido francamente positivo. Pablo García y Elena Escudero, dos jóvenes de la Escuela de Ocio y Tiempo Libre de GSD interesados en realizar el Grado Medio de Agropecuario participaron junto al prestigioso naturalista y presidente del Consejo de la Mesta, Jesús Garzón, en este viaje tan especial. Uno de los pocos de estas características que todavía se dan en España, acompañando a los pastores desde Guadarrama hasta los Picos de Europa y viviendo así esta tradición legendaria en primera persona.
Vayamos al punto de partida. Fue el 5 de junio de 2019, Día del Medio Ambiente, cuando Jesús Garzón impartió una charla en GSD El Escorial ante varios alumnos de GSD Buitrago, GSD Guadarrama y del propio centro anfitrión. El mensaje, claro y revelador: la trashumancia es pasado, pero también presente y futuro. En una época de preocupante despoblamiento del mundo rural es imprescindible reivindicar otras dinámicas sociales, ya que se puede producir un cambio importante en nuestro entorno empleando los recursos naturales de forma sostenible y fomentando actividades como esta en muchos pueblos de todo el país. Desde la Escuela de Ocio y Tiempo Libre de GSD, al popular eslogan “Yo me quedo porque quiero en la España rural” le agregan una reflexión que compartieron en la Cumbre del Clima 2020 en Madrid: “Yo cambio la ciudad por los espacios naturales para buscar soluciones reales”.
Porque, desde luego, la trashumancia ha dejado impronta en Pablo y Elena, los dos afortunados que la han vivido in situ y que, próximamente, irán a algunos Colegios GSD a recordar la experiencia y a animar a alumnos de 4º de ESO a que conozcan esta otra realidad. Ambos recorrieron durante varios días, con los pastores y Jesús Garzón, cientos de kilómetros por tierras castellanas. A su cargo, un rebaño de dos mil animales, unas 1.800 ovejas y unas 200 cabras, en este caso caminando por cañadas o campo a través desde Madrid al norte de la Península y, tal y como mandan los cánones de esta práctica ganadera, de vuelta hacia el sur meses después.
Muchos momentos, muchas emociones y un aprendizaje que nunca olvidarán.
Fin de la aventura. Pablo regresó antes, Elena siguió y su periplo incluso la llevó, con idas y venidas, al acto institucional por la Fiesta de la Trashumancia celebrado en octubre en el Ayuntamiento de la capital. Muchos momentos, muchas emociones y un aprendizaje que nunca olvidarán.
