La psicomotricidad desempeña un papel fundamental en la educación infantil, ya que aborda el desarrollo integral de los niños en sus primeros años. Es mucho más que simplemente mover el cuerpo; es una herramienta esencial para el aprendizaje y el bienestar de los niños. A través de actividades psicomotrices, los niños exploran, experimentan y desarrollan habilidades físicas, cognitivas y emocionales. Esto les permite comprender mejor su entorno, fortalecer su autoestima, mejorar su coordinación y comunicación, y desarrollar habilidades sociales. En última instancia, la psicomotricidad en la escuela infantil sienta las bases para un crecimiento saludable y un aprendizaje significativo, preparando a los niños para el éxito en su educación futura y en la vida.