Los reflejos primitivos, son respuestas automáticas ante determinados estímulos que presentan los neonatos en los primeros meses de vida.
Estos reflejos se originan en una región cerebral llamada tronco del encéfalo. Además de ser importantes para la supervivencia del bebé, la persistencia de éstos más allá de lo necesario puede darnos pistas e indicarnos una falta de maduración del sistema nervioso, lo que posteriormente puede traducirse en dificultades del desarrollo psicomotor.
Los cinco reflejos más importantes y que tienen más impacto en el desarrollo temprano son:
♦ Reflejo de Moro (Esencial para desarrollar el equilibrio y coordinación).
♦ Reflejo Tónico Laberíntico (Ayuda a fortalecer el cuello y músculos centrales).
♦ Reflejo Espinal de Galant (Ayuda a desarrollar movimientos en la cadera del bebé).
♦ Reflejo Tónico Asimétrico del cuello (Importante para el desarrollo de la coordinación mano-ojo)
♦ Reflejo Tónico Simétrico del Cuello (Prepara para el arrastre y gateo).
A medida que los niños y niñas van creciendo y su sistema nervioso madurando, estos reflejos desaparecen o evolucionan, los movimientos voluntarios cada vez son más controlados y dominan a los involuntarios.
Pero si alguno de estos reflejos primitivos no están integrados podemos encontrar diferentes problemas como dificultades de aprendizaje, malas posturas y poca coordinación, problemas de atención y concentración, entre otros.
También se encuentran relacionados con trastornos de aprendizaje de conducta como son TDAH, TDA, TEA Y TEL.
Ante una situación así, donde los reflejos no han sido integrados y todavía permanecen en la persona, los adultos o profesionales deben trabajar y diseñar un entrenamiento de ejercicios para ayudar a integrarlos.
Estos movimientos que deben ser repetitivos y constantes ayudarán al niño y favorecerán la evolución de manera progresiva.
En este sentido concedemos una gran importancia a las sesiones de psicomotricidad que impartimos semanalmente en todos los cursos de nuestra Escuela Infantil, ya que nos sirven tanto para trabajar en el día a día las destrezas motoras teniendo en cuenta los distintos momentos madurativos y niveles de desarrollo, como para obtener información que permita la detección de posibles situaciones que puedan interferir en el aprendizaje con el fin de que las pueda valorar el especialista oportuno.
Para poder ayudar a la detección precoz de síntomas en este sentido dentro de nuestra labor profesional, el equipo docente de infantil ha realizado recientemente un curso de formación centrado en los reflejos primitivos y desarrollo de la lateralidad en la infancia con el fin de incorporar estrategias que sean útiles en el día a día.
En esta formación se ha trabajado de forma práctica cómo integrar en nuestro trabajo esta detección precoz para posibilitar la coordinación con la familia y el resto de profesionales.
