En las clases de nivel hemos estado jugando y experimentando con agua y harina. Esta propuesta les encanta porque les permite tocar, amasar y descubrir texturas suaves y pegajosas que despiertan su curiosidad. Con la masa, los peques inventan figuras “comiditas” y todo tipo de creaciones, lo que potencia su imaginación y juego simbólico.
Además, fortalece la motricidad fina y la coordinación, esenciales para las tareas futuras como escribir. Durante la actividad, los niños y niñas suelen describir lo que siente y hacen, esto enriquece su lenguaje y comunicación.
Lo mejor de todo es lo que han disfrutado.












