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domingo, diciembre 22, 2024
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Familias GSD

La primera vez que te planteas el colegio que quieres para tus hijos, empiezas a buscar por internet, opiniones de conocidos, visitar los colegios de la zona. A partir de ahí te interesas por conocer detalles, como los aspectos fundamentales de cada centro, sus instalaciones, aulas, piscinas, ideario, y lo que, para nosotros, es muy importante, que la comida sea saludable y que se elabore en el mismo centro. Buscábamos un centro con actividades extraescolares, no solo por el bien de nuestros hijos, sino también porque contábamos con ellas por los horarios de nuestros trabajos.

Nos decidimos por GSD Las Suertes; a priori el centro cubría todas nuestras necesidades y expectativas. A pesar de la dificultad de obtener una plaza por su valoración y el elevado número de solicitudes ¡nuestro primer hijo empezaba infantil!

Encantados con el colegio llegaron los primeros días y la “primera separación” que conlleva temor en los niños y nudos en la conciencia de los padres ¿lo estamos haciendo bien?, y te das la vuelta sintiéndote un mal padre, y además éramos primerizos. De repente todas las dudas que nos asaltan van desapareciendo; la tranquilidad, la ternura y profesionalidad, de profesoras y profesores te hacen entender que todo va bien. Consiguen tranquilizar a los niños, y lo que es más difícil, a los padres. Admirable su trabajo; te marchas sabiendo que dejamos, a lo más preciado que tenemos, en buenas manos. Habíamos acertado.

Actualmente tenemos a los dos niños, Mateo y Darío, en la etapa infantil. Mientras crecen te van enseñando pequeños detalles de su aprendizaje diario: un día te das cuenta de cómo coge la cuchara, o te sorprende por como sabe esa coreografía, ¿y ese interés por los dinosaurios?  pero ¡si me está corrigiendo mi inglés! Y te das cuenta que viene del colegio, de ese centro que tardamos en elegir, que estudiamos, analizamos y escudriñamos, y – al final – el colegio GSD aprobó. Y esa cara de angustia del primer día por “abandonar” a tu hijo se transforma en una sonrisa cuando ves un uniforme de GSD fuera del colegio, y piensas:  me alegra pertenecer a “ESA TRIBU” como reza el mural del Cole.

Cada mañana los despido en esta escalera. Durante un tiempo subirán esta, y luego otra y otra más; y mientras dure su formación seguirán subiendo las escaleras que aporta la cooperación y filosofía GSD. Y aunque son pequeños, es en estos años cuando su personalidad se va marcando y desarrollando, para afrontar toda una vida llena de retos. 

Como padres es una verdadera alegría ver que, la principal preocupación de nuestras vidas, nuestros hijos, está perfectamente encaminada y lleva el ritmo que necesita. Cada final de curso, nos damos cuenta del acierto que supuso traerlos a este colegio de Las Suertes.

Sean estas líneas de agradecimiento a todos los profesionales que conforman GSD.

Los padres de Mateo y Darío.

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