En una pequeña o gran ciudad o pueblo, un gran teatro es el signo visible de cultura.
Sir Laurence Olivier
Ese signo de cultura, de creatividad, de conocer y expresar sus sentimientos, en una palabra, de hacer teatro, lo ofrecen todos los colegios GSD. No es una asignatura curricular, pero no importa, aprenden cosas que no vienen en los libros, y los objetivos son “divertirse y pasarlo bien”, son palabras textuales de Diana del Campo Peñalver, actriz y profesora de Teatro en GSD Las Rozas. Hemos pasado con ella, y con sus alumnos, una hora y media de teatro, de expresión corporal, de chillidos, de risas, de relax, de diversión… de cultura.
Nos sentamos todos en el escenario haciendo un círculo perfecto y Diana nos va pidiendo que pongamos cara de felicidad, de tristeza, de rabia, que expresemos distintos estados de ánimo. Son los primeros ejercicios, el calentamiento. Celia, Daniela, Luna, Nicolás, Nora y Laura se expresan con todas sus fuerzas y los conocimientos adquiridos en sesiones anteriores. La otra parte del circulo Ana, Lola, Adriana, Laura, Victoria, Daniela – hay dos en el grupo – y Helena hacen lo propio. “Este método y las técnicas teatrales muy antiguas, venimos ya de los griegos, funcionan; y funcionan para sentirte bien, para buscar tu identidad” es la voz de Diana que asegura que ella “les da experiencia y que ellos, mis alumnos, me dan vitalidad”.
Volvemos al escenario. Diana reparte los papeles, cada uno tiene que representar un estado de ánimo distinto. Se hacen grupos de tres “actores” que tienen que improvisar una escena, en función de esos papeles. Cada grupo se va a una esquina, debaten, chillan, deciden, apuestan por un diálogo. “Doy las clases en un escenario – asegura la actriz – es saber disfrutar del momento, el disfrutar de la vida, el desarrollar el sentido crítico tan importante hoy en día”. El tiempo de clase se vive con intensidad, con pasión “me interesa desarrollar emociones, intentar que, a través de esto, se conviertan en buenas personas”.
Llega el gran momento. El telón se levanta en nuestra imaginación y comienza la primera representación; una tras otra demuestra que los “actores” están acostumbrados a las tablas, se mueven con soltura y los diálogos van fluyendo; son sus historias, sus textos. Al final los “espectadores” teníamos que averiguar qué estado de ánimo habían representado. ¡Prueba superada! Parece que la frase de Federico García Lorca estaba hecha para este momento “El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana”.
Diana está encantada con sus alumnos y con el colegio. Recibe toda la ayuda necesaria, hay recursos y el apoyo es absoluto, desde el coordinador hasta la Asociación Cultural GSD, pasando – como siempre – por los padres que optan por estas clases extraescolares.
La clase ha terminado. Va a caer el telón. Pero antes hay una sorpresa, Ana se acerca al piano y sus manos, pequeñas, arrancan unas notas suaves, delicadas, que nos mantienen en silencio. Ella no le da importancia. Las luces se van apagando. Ahora sí, la clase a terminado. Cae el telón.