Entrevistamos a Teresa Bellver y Gema Arquero, junto con su entrenadora, Virginia Villalba. Desde hace varios años, se concentran para entrenar en GSD International School Buitrago, preparándose para formar parte de la selección española absoluta de natación sincronizada.
Led Zeppelin y su tema “Escalera hacia el cielo” acompañaron a las diez nadadoras españolas de sincronizada a la gloria cuando ganaron el Oro en Roma en 2009. Siempre estarán en nuestra memoria las grandes de esa modalidad de natación, pero ahora el futuro se llama Bellver o Arquero. Llevan 11 de sus 18 años preparándose para formar parte de la selección absoluta de natación sincronizada y lo van a conseguir “¡para eso llevo 11 años metida en este mundo!”, exclama con energía Teresa Bellver a través de la pantalla del ordenador, mientras su compañera – Gema Arquero – afirma y su entrenadora Virginia Villalba – a partir de ahora Vir – no puede evitar una sonrisa cómplice. “No ha sido el momento todavía; la seleccionadora quiere cerrar el ciclo olímpico con el actual equipo. Cuando estás en año olímpico no se coge a gente nueva”, Vir las devuelve a la realidad, aunque el sueño está cada vez más cerca.
De momento se entrenan al máximo en su categoría. Unos entrenamientos que empiezan a las 06:45, una hora “en la que no tengo demasiada hambre – dice Teresa –y me tomo un batido de frutas y verduras, que me prepara mi madre” ¡la deuda del deporte con las madres es impagable! Cada mañana es una sorpresa, “unas veces el batido es rosa, otra verde o naranja; antes de ir al colegio me como un bocadillo o un sándwich”, la cara de Teresa se ilumina con una enorme carcajada al echarse las manos a la cara. Mientras tanto, Gema no parece querer contestar y es Vir quien le da el pie “cualquier cosa que haya sobrado se lo come –asegura la entrenadora- le da igual restos de una paella o las lentejas del día anterior”, la verdad es que “a esas horas, con tal de no prepararme nada, dice la nadadora, como lo que encuentro por la nevera”.
Los entrenamientos son duros. “Lo que más les cuesta es practicar la parte física en el agua, la parte de rodar una rutina”, aquí Vir se ha puesto seria –por primera y última vez en la charla – “es un trabajo muy duro – continua – porque al final te cansas, tienes sensación de ahogo. En los campeonatos, los ejercicios, la prueba, la rutina, son cuatro minutos haciendo inmersiones y manteniéndose a flote y sin poder tocar el suelo; eso es un enorme esfuerzo. Y hay que estar igual al principio que al final, y eso son horas de entrenamiento”.
Siempre he tenido una duda, la natación sincronizada, además de la exigencia física y deportiva, requiere que las nadadoras mantengan la estética que acompaña a sus coreografías, ¿Qué llevan nuestras deportistas en el pelo? Ignorante de mí, siempre creí que era fijador o “gomina”, pues no, ¡es gelatina! De la del supermercado para cocinar. La primera que le compró a Teresa su padre era de fresa, entró en la piscina con el pelo rosa. Lo tiene superado. Lo cierto es que, cuando se empieza, se puede utilizar la marca comercial “en categorías superiores, y en competición, tiene que ser especial, aunque la composición sea la misma”. Vir siempre poniendo cordura en la conversación. Me interesé también por el tipo de barra de labios que usan, no se desdibuja, se mantiene durante toda la rutina; ahí no hubo ningún tipo de dudas “barra de labios del bazar”.
Dejamos de lado el atrezo para atacar otra duda. ¿Cómo se soportan esas pinzas tan apretadas en la nariz? Contestan a la vez las tres “las pinzas son nuestra salvación”; es lo que “nos salva de dos cosas; que nos entre agua, y evita que echemos aire por la nariz y perdamos todo el aire debajo del agua” Gema lo tiene clarísimo. Pero, aunque parezca que están perfectamente sujetas, en muchos casos se sueltan en pleno ejercicio; de hecho, todas llevan pinzas de repuesto en los tirantes, habrá que fijarse en el próximo campeonato.
¿Cómo se pasan las pinzas unas a otras?
Teresa: “En algún momento del ejercicio, sin que se note, se lo pasas a tu compañera, siempre cuando estas debajo del agua, y luego que ella se la pueda poner; es un momento crítico, sin pinzas no pueden seguir, y si los jueces notan alguna descoordinación, rebajan la puntuación”.
Gema: “Le metes la mano a tu compañera por debajo del bañador…” No pudo seguir hablando, carcajadas, sorpresa, incredibilidad, nos hicieron falta un par de minutos para recobrar la normalidad y cierta seriedad. Lo conseguimos. “Es cierto, lo hacemos rápido y así la compañera se puede colocar y seguir bien el ejercicio”.
Teresa: “Bueno yo tengo un truco, no es fácil para mucha gente, pero a mí me salva muchas veces. Puedo subir el labio de arriba hasta taparme, con él, las fosas nasales, y así no me hace falta pinza, por si se me cae” nos hizo la demostración. Esta vez tardamos bastante más en recuperar la compostura. Les invito a todos que lo intenten, háganlo ustedes en sus casas mirándose al espejo del baño, y luego me cuentan.
Para irnos familiarizando con este deporte y las veamos competir hay que saber, cuando menos, tres términos: Figura: el cuerpo queda sumergido y sobresalen las piernas. Brazos: el cuerpo sobresale y es el movimiento de las piernas el que mantiene el tronco. Remada: todo lo que hacen las nadadoras para mantenerse cuando tienen las piernas hacia arriba. Un movimiento de soporte. La primera de ellas es, quizá la más complicada, debajo del agua, haciendo remada y sin poder – lógicamente – respirar. “Estamos entre 25 y 30 segundos bajo el agua, pero solo en la primera inmersión, las posteriores son más cortas”.
Para llegar hasta donde han llegado, y a donde llegarán, hay que practicar, entrenar y, por qué no decirlo, sufrir. Esos entrenamientos los hemos visto en nuestras instalaciones de GSD International IS Buitrago; los vimos el pasado año 2020 y los volveremos a ver a partir del 15 de abril de 2021. “Estamos encantadas, lo mejor de Buitrago es el trato que recibimos; están para y por nosotras. Aunque las medidas de la piscina no son las olímpicas, preferimos entrenar aquí” es Vir la entrenadora quien lo dice; las deportistas la apoyan igualmente “tenemos la piscina para nosotras; si está el agua algo fría nos suben la temperatura, si nos parece que tiene mucho cloro, lo reducen; en fin, una maravilla”.
Solo nos falta que sigan entrenando bien, que ejecuten a la perfección la rutina clavando las figuras y los brazos – ¡lo que he aprendido yo con estas chicas! – y se traigan la medalla a casa. Desde aquí, desde los Colegios GSD, van a tener todo nuestro apoyo.
¡Gracias!