Dr. Nripen Kumar Dutta

El artículo que compartimos en estas páginas fue publicado en el diario The Sentinel el 8 de agosto de 2021. Su autor, el Dr. Nripen Kumar Dutta, es fundador y director de la Escuela Residencial Miles Bronson, en Guwahati, en el estado indio de Assam. colegio hermanado de GSD.

El Dr. NK Dutta es una figura de prestigio mundial en Educación. En 2021 ha recibido el premio Global Principal de manos del Ministro de Pequeñas y Medianas Empresas de La India, reconociendo su huella en el campo de la educación y a su vida dedicada al desarrollo de escuelas y crecimiento integral en los niños.

Han pasado 18 meses desde que empezó el brote de COVID 19 en India y la educación de nuestro país y la de muchos países del mundo se ha visto interrumpida para millones de estudiantes. Es importante que entendamos que el cierre de muchos colegios tiene consecuencias devastadoras tanto para el estudio diario del niño como para su desarrollo social, mental y bienestar emocional; pero es que más allá de las implicaciones que le afectarán en un futuro, hay que tener en cuenta las que le afectan a corto plazo tanto en el desarrollo de sus habilidades sociales, como en su actitud y en sus capacidades de aprendizaje.

Salud mental y bienestar

El cierre de centros escolares como parte de las medidas de distancia social adoptadas por nuestro gobierno, no deja de ser una medida dañina para niños y jóvenes. La Asociación de Psicología Americana, en un reportaje publicado en mayo, reportó que los niveles de estrés habían aumentado notablemente a consecuencia de la pandemia; resultados que los políticos debieran tener en cuenta haciendo balance entre los riesgos de transmisión real que hay los colegios y las consecuencias que genera el cierre de los mismos en los alumnos.

Un estudio reciente que comparten los países de Australia, España y China, concluyó un aumento en los síntomas de depresión y una disminución en el bienestar de la sociedad en general, pues el cierre de instituciones educativas no sólo tiene efectos muy adversos en la salud emocional de los niños a corto plazo, sino que probablemente los veamos también dentro de unos años. De hecho, Save the Children asegura que la salud mental está más que descuidada en India. La necesidad psicológica está aumentando en la población ya que se han visto también afectados la economía y los trabajos de familias enteras, lo que ha supuesto un problema que llegará a ser un lastre en la vida futura de estos pequeños que actualmente se encuentran en edad escolar.

La pérdida del aprendizaje

La Organización de Cooperación Económica y Desarrollo de la Universidad de Harvard realizó recientemente una encuesta sobre las medidas adoptadas en educación durante el periodo de pandemia y mientras los colegios estaban cerrados. Los resultados obtenidos hicieron visibles los beneficios de acudir presencialmente a las aulas, pues concluyeron que lo aprendido durante el confinamiento era bastante inferior a lo adquirido en años anteriores. Además, la asistencia a la escuela y el contacto estrecho con compañeros y profesores daba acceso a una gran variedad de servicios relacionados con la salud, talleres y otras oportunidades que ofrecía el colegio. Dicha encuesta, hecha pública, podría haber sido quizá una estrategia para dar importancia a los profesores y a las comunidades educativas e impulsar así la apertura de los centros, pues en el contexto en el que vivimos, los costes de la pandemia están reduciendo al mínimo los fondos para la educación. Aun así, el aprendizaje online está causando en los estudiantes una especie de aislamiento social por la falta de interacción entre ellos, lo que les está creando mucho estrés y ansiedad.

Beneficios de abrir los colegios

Se ha demostrado, y así lo dice también Unicef, que los centros educativos no son los mayores transmisores de Covid-19, por lo que reabrirlos tiene mayores ventajas que desventajas, empezando por un aumento en la contribución económica del país. De hecho, la pérdida de aprendizaje que está tomando lugar actualmente debido al cierre de los mismos, se va a notar en la sociedad de aquí a unos años en cuanto a productividad se refiere.

Cierto es que, hay evidencias de pandemias previas de las que se obtienen datos que dicen que, con el cierre de colegios se previene un 15% de infecciones; pero este impacto es mucho más moderado comparado con otras medidas públicas, como guardar la distancia social que puede reducir el riesgo hasta un 73%, restringir las visitas un 45%, confinarse en casa un 40 %…, pero no debemos olvidar que el riesgo de contagio que se puede correr en los centros educativos se puede manejar con las apropiadas medidas sanitarias de higiene y seguridad.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el riesgo de contagio por Covid es menor para los jóvenes que para los adultos, y que además los síntomas en el caso de padecerlo son mucho menos notorios para los niños en edad escolar que para los mayores; sin hablar del índice de mortalidad que es veinte veces menor en este grupo. Actualmente, nos quieren asustar por una tercera ola porque dicen que el virus ha evolucionado, pero no tenemos ninguna base científica que diga que la variante delta es mucho más peligrosa que la original.

Los gobiernos piensan que cerrar los colegios debe ser la medida a tomar para limitar las transmisiones del Covid-19 a pesar de que los epidemiólogos dicen que no es necesario. No se dan cuenta que prolongar esta situación es perjudicial para el futuro de nuestros niños. Ahora tenemos la oportunidad de salvarlos. La única forma que existe para salir de la pobreza en India es la de reabrir los colegios porque, además, en muchos casos están cerrados pero los bares y los restaurantes permanecen abiertos. El problema es que la pérdida que los niños y jóvenes experimentan en su aprendizaje por no asistir a clase nunca se va a recuperar. A esto se suma que el estar en la calle los expone a la violencia y el abuso, les reduce el desarrollo de sus habilidades y aumenta su estrés mental; consecuencias que quedarán archivadas en su expediente económico y social, así como en su salud física y mental. Lo peor de todo es que los más afectados son los niños con pocos recursos que no tienen acceso a las nuevas tecnologías para acceder a un aprendizaje online; además de los más pequeños que no dejan de ser realmente los niños que formarán la sociedad del futuro.

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