Teodoro Luna Jarillo 

Profesor adscrito al departamento de humanidades GSD Las Rozas

Hoy celebramos el Día Mundial de la Filosofía, instaurado en 2005 por la UNESCO para resaltar la importancia de cultivar el pensamiento humano, expresar opiniones fundamentadas y construir así una sociedad más tolerante y respetuosa. 

A lo largo de la historia, el ser humano ha explorado preguntas fundamentales sobre su propia naturaleza, el conocimiento, las relaciones interpersonales y la naturaleza que lo rodea. Interrogantes recurrentes en filosofía, tales como ¿quiénes somos?, ¿cómo conocemos el mundo?, ¿qué es la conciencia?, y ¿cuál es nuestro propósito en la vida?, han ocupado incontables espacios de reflexión, desde habitaciones y aulas hasta cafeterías, a lo largo de nuestra civilización. Hasta ahora, las respuestas a estas preguntas provenían de nuestro discernimiento y experiencia, contrastadas con otras perspectivas que enriquecían y cuestionaban nuestras percepciones. Sin embargo, surge ahora una nueva posibilidad: una tecnología que puede proporcionar respuestas coherentes y razonadas, aglutinando el saber acumulado a lo largo de la historia de la humanidad. La Inteligencia Artificial (IA) puede pensar, buscar, solucionar y crear por nosotros, alcanzando magnitudes y fiabilidades inéditas fuera del cerebro humano. 

Nos hallamos en el umbral de una nueva era, donde la convivencia con una inteligencia creada por nosotros es inevitable, planteando nuevas preguntas hasta ahora no consideradas. Sistemas y entornos enteros, como los educativos, empresariales, políticos y de comunicación, deberán transformarse para relacionarse con este nuevo actor social. ¿Cómo lo haremos? Esta incógnita es donde el desarrollo de la filosofía puede desempeñar un papel crucial. 

La IA puede ser una gran aliada o convertirse en nuestro peor enemigo. Avances recientes, como internet y las redes sociales, han demostrado cómo lo que parece un gran adelanto puede tener consecuencias perjudiciales. Recientemente, en EE. UU., se iniciaron querellas contra Meta Platform Inc, la organización detrás de aplicaciones populares como Facebook e Instagram, por los daños psicológicos que esta última está causando en jóvenes y adolescentes, generando una crisis de salud mental en esta población. Este ejemplo ilustra cómo los avances tecnológicos, sin una base ética y responsabilidad moral por parte de los desarrolladores, pueden tener efectos nocivos en la salud y la vida de la sociedad. Algo similar podría ocurrir en el futuro, cuando la IA se desarrolle de manera masiva en nuestra sociedad. Sin una valoración adecuada de cuestiones éticas, límites legales y morales para su desarrollo, o su impacto social como fuente de conocimiento, podríamos enfrentarnos a daños difíciles de reparar. 

El estudio y desarrollo de la filosofía adquieren especial relevancia como mediadores en un futuro de convivencia con las nuevas tecnologías como la IA. Esta disciplina puede proporcionar espacios de reflexión, pensamiento crítico y toma de decisiones que generen un entorno de convivencia seguro y responsable para el ser humano, sin comprometer la seguridad y la salud de un mundo futuro. A través del autoconocimiento surge la verdadera libertad para elegir, y solo podemos acceder a ella mediante la indagación y comprensión de nuestra propia naturaleza. 

Hay aspectos de nuestra existencia que solo el ser humano puede experimentar: las emociones. Fenómenos como el amor, la compasión y la humanidad compartida solo pueden entenderse desde nuestra naturaleza y experiencia, escapando a veces a la racionalidad. Un ser humano sin capacidad reflexiva, sin habilidad de discernimiento, autorregulación emocional o empatía, es un organismo que solo busca sobrevivir sin ser consciente de las consecuencias de sus actos. El miedo, la codicia o la violencia son signos de ignorancia. Cuanto más se conoce una persona, más consciente es de sí misma, de los demás y de sus límites. Solo desde nuestro propio conocimiento tendremos la capacidad para decidir de manera sabia, ética y responsable frente a los desafíos de lo desconocido.  

En la era de la inteligencia artificial la filosofía se convertirá en el faro que guie nuestras decisiones éticas y la construcción de un futuro que respete la esencia humana. Como indica el historiador y escritor Yuval Noah Harari “…Un cuchillo puede tener forma de daga o de bisturí. Uno sirve para matar y otro para salvar vidas. Si no tiene otra cosa, un cirujano puede utilizar una daga, pero le va a resultar más difícil operar con ella” 

 El futuro ya está aquí, ¿te conoces lo suficiente para vivirlo? 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí